Jabes fue más ilustre que sus hermanos, y su madre lo llamó Jabes, diciendo: «Porque lo di a luz con dolor». 10 Jabes invocó al Dios de Israel, diciendo: «¡Oh, si en verdad me bendijeras, ensancharas mi territorio, y Tu mano estuviera conmigo y me guardaras del mal para que no me causara dolor!». Y Dios le concedió lo que pidió.